domingo, 7 de marzo de 2010

Monteseirín


Sucumbió. El desgaste público de Alfredo Sánchez Monteseirín ha acabado por recortar la legislatura de nuestra ciudad. El miércoles anunció que no seguiría. Un momento poco apropiado teniendo en cuenta que tan sólo unas horas antes el Tribunal Supremo había ratificado la condena hacia los asesores socialistas por el caso de las facturas falsas en la macarena.

Además, la gobernabilidad de Sevilla queda en entredicho. Griñán le pide que agote el mandato, pero desde el seno del PSOE llegan voces discrepantes. Incluso ya hay sutituta en caso de que Monteseirín se acabe bajando del barco antes de tiempo: Rosamar Prieto Castro.

Si es verdad que tres legislaturas se pueden considerar tiempo más que suficiente para dar por concluida una etapa política, la impresión de que se “tira” el último año de gobierno puede resultar tremendamente negativo para la ciudad. La mayoría de los grandes proyectos emprendidos en esta legislatura están por terminar. Y tener a un equipo de Gobierno más pendiente de buscar tanto sucesor como el momento más apropiado para presentarlo, debilita enormemente la capacidad de gestión de nuestros gobernantes.

Momento y forma equivocados para la confirmación de un secreto a voces.

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