domingo, 7 de marzo de 2010

De momento respeto


Hugo Chávez es uno de esos líderes populistas que se vale de la democracia para crear a su alrededor una maquinaria estatal con un fondo más autoritario que otra cosa.

Así lo demuestran sus maniobras legales para perpetuarse en el poder y para eclipsar a sus rivales políticos. También sus continuos ataques hacia los medios de comunicación, con cierres de televisiones, emisoras de radio y periódicos críticos con su Gobierno.

Una figura semejante en cuanto al nivel político del individuo tenemos aquí cerca, en Italia. Pero más allá de los exabruptos puntuales de los tipos en cuestión que siempre estaremos obligados a comentar y a denunciar, estos asuntos deberían considerarse algo en todo caso de política interna: El pueblo venezolano tiene a su alcance el mismo instrumento que alzó al poder a Chávez para desterrarlo de su vida pública: las elecciones.

Sin embargo, el asunto se torna complicado con las informaciones que nos llegan en las últimas horas. La Audiencia Nacional dice que Chávez ha dado apoyo legal a terroristas de las FARC y a miembros de la banda terrorista ETA perseguidos por la justicia española.

A falta de que estos gravísimos hechos sean demostrados, lo que ya resulta inaceptable es la reacción de Chávez. Dice que ésta investigación judicial tan sólo responde a un vestigio del antiguo colonialismo español. El discurso además de manido es ridículo.

Pero independientemente de demandar explicaciones por esa presunta ayuda a los terroristas, lo que debería de hacer desde ya el Gobierno español es exigir a Venezuela un poco más de respeto por la justicia en nuestro país. Sin medias tintas y sin ese tacto excesivo por las relaciones diplomáticas que a menudo convierten en demasiado blandas las respuestas institucionales ante situaciones tan execrables como la que nos ocupa.

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