miércoles, 20 de mayo de 2009

Sri Lanka: 26 años de muerte y silencio


El informativo de Mara Torres lo contó en portada el pasado miércoles y desde entonces traté de seguir la pista a una noticia que no había tenido oportunidad ni de escuchar, ni de ver, ni de leer en ningún otro sitio: La población civil del noreste de Sri Lanka estaba siendo masacrada por el conflicto armado que enfrentaba al ejército del país con los rebeldes tamiles.

No fue sencillo. La consulta a las páginas habituales resultó infructuosa. Las ediciones digitales de los principales periódicos del país no decían nada en su sección de Internacional, mucho menos en portada. Y la búsqueda en Google apenas si producía una decena de inexactos resultados.

Ahora, por fin los diarios y los informativos encontraron un hueco para contarnos qué pasa en Sri Lanka y cómo está su gente. Para ello, han tenido que pasar 26 años de Guerra Civil y casi 80.000 muertos, que han sido silenciados por algunos e ignorados por la inmensa mayoría.

Bajo el titular “Fin del conflicto armado en Sri Lanka”, se publican unas cuantas líneas que ponen el foco en la engañosa resolución de una guerra que, como todas, esconde cientos de miles de tragedias individuales.

La población civil, masacrada


La noticia del informativo de La 2 hacía alusión a las últimas decenas de civiles muertos a causa del conflicto. En torno a unas 50 personas fallecieron el pasado martes 12 de Mayo en el bombardeo que el ejército gubernamental (que niega los hechos) perpetró contra el último hospital que permanecía en zona rebelde. Gran parte de los fallecidos eran niños.

Según cifras de la ONU, que calificó este último episodio de “auténtico baño de sangre”, las víctimas de ese hospital son sólo una pequeña parte de las casi 7.000 personas que han perdido la vida a causa de la violencia desde que el Gobierno de Colombo (capital del país) decidiera intensificar su ofensiva el pasado mes de diciembre para acabar con la guerrilla de los Tigres Tamiles.

Desde entonces, decenas de miles de personas han permanecido literalmente acorraladas en un territorio rebelde que, conforme se intensificaron los ataques del ejército, se ha visto reducido paulatinamente. En los últimos días del conflicto, se estima que unas 50.000 personas se encontraban atrapadas en un territorio de unos tres kilómetros cuadrados.

Ignorados por unos, utilizados por otros


Las dos partes reconocen que la población civil ha sido objetivo claro de los ataques y se cruzan acusaciones de violación de derechos humanos. La conclusión resulta dramática: mientras unos los han bombardeado, otros los han utilizado como escudos humanos.

En las últimas semanas, han sido varios (y tenues) los llamamientos de la Comunidad Internacional al Gobierno ceilandés para que cesara los bombardeos y permitiera la evacuación de civiles y el envío de ayuda humanitaria. Petición rechazada con el argumento de que “no era lo más sensato en ese momento. La única forma de que los refugiados abandonasen el área era que las fuerzas armadas los rescatasen, pues los insurgentes no los habrían dejado salir”, afirmó el portavoz militar Shavendra Silva.

Además, los que han intentado huir de la zona rebelde para alejarse de las bombas gubernamentales se han convertido en objetivo de los Tigres Tamiles. Conscientes de que sin rehenes habrían perdido toda posición de fuerza, los insurgentes exigían dejar a un pariente a modo de fianza a los que decidían salir en busca de comida y disparaban a los que pretendían huir.

Desde el recrudecimiento de la ofensiva del ejército, se estima que unas 160.000 personas consiguieron huir y se han mantenido hacinadas en las playas del norte del país.

¿Paz?


El pasado domingo por la tarde se rindieron los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil tras 26 años de guerra. Lo hicieron después de conocer que el ejército había conseguido matar al fundador de la guerrilla, Velupillai Prabhakaran, y a sus dos comandantes más cercanos, además de confinar a los últimos rebeldes que quedaban vivos a un territorio de un kilómetro cuadrado.

Algunos expertos temen que el anunciado fin de la guerra de Sri Lanka sea tan sólo un espejismo. La brutalidad de la operación militar llevada a cabo por el Gobierno del país podría imposibilitar la integración de la población de origen tamil (10%) y provocar el resurgimiento de la violencia. Además, 250.000 refugiados en grave situación humanitaria esperan ser atendidos tras perderlo todo en la guerra.

Claves del conflicto


• La población tamil (de origen hindú) representa el 10% de los 21 millones de habitantes de Sri Lanka.
• A partir de la independencia de Sri Lanka respecto de Gran Bretaña en 1948, la minoría tamil comienza a ver recortados sus derechos y se siente marginada por las leyes elaboradas por los gobiernos de mayoría cingalesa (de origen budista).
• En 1970 se crea el movimiento de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil, que reclama la independencia de los territorios del noreste de la isla.
• En 1983, la muerte de 13 soldados del ejército de Sri Lanka a manos de los Tigres Tamiles y la reacción del propio ejército provocando una matanza de ciudadanos tamiles desencadena la Guerra Civil.
• Durante los últimos 26 años se han alternado los ataques de los Tigres Tamiles (lucha de guerrillas, atentados terroristas…) con las respuestas del Gobierno del país a la zona del noreste controlada por los insurgentes.

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